No es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.
- Cuerpo Editorial

- 29 oct 2016
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La palabra de Dios es profética y se cumple. Todo está dicho, todo está hecho y todo se cumplirá conforme a lo que ha establecido Dios en el hombre. Todo prevalece en su soberanía y dominio que tiene en el devenir de los tiempos y de la humanidad. El título de este tema obedece a una práctica constante judía de no atender a los profetas y cuando ya su ignominia llegaba lejos los mataban porque no querían escuchar la palabra de Dios. Voy a transcribir este pasaje bíblico que dio lugar una exclamación profética de dolor y congoja por la ciudad que había escogido Dios para su pueblo.
Lucas 13:31-35 31 Aquel mismo día llegaron unos fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. 32 Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día término mi obra. 33 Sin embargo, es necesario que hoy y mañana y pasado mañana siga mi camino; porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén. 34 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! 35 He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me veréis, hasta que llegue el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor.
Los fariseos alertaban al Señor en su ignorancia y queriendo ser iguales ante el Hijo de Dios que saliera y se fuera porque Herodes le quería matar. Herodes eran un rey de poca habilidad para gobernar y él pensaba que Jesús era una reencarnación de Juan el bautista.
El Señor Jesús contesta con autoridad, sabía que el tiempo de su ministerio se acercaba a su fin pero tenía que cumplir con obediencia su misión trabajando para dar testimonio y ellos no podían refutar sus palabras, porque sus manifestaciones eran bien vistas por crédulos e incrédulos 32 Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra.
No podía volver atrás, todo estaba por cumplirse sabe que el clero judío había engañado al pueblo y este lo seguía fielmente. El trayecto ya estaba marcado y Jerusalén se habría de convertir en la ciudad que como está escrito en Apocalipsis 11 la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. Sabe que el clero judío era rebelde y que su manera de acabar con los enviados de Dios era la muerte. Engañados por satanás y continua diciendo 33 Sin embargo, es necesario que hoy y mañana y pasado mañana siga mi camino; porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.
El siguiente versículo comprende cuán grande ha sido el amor de nuestro Padre por su pueblo elegido, estas palabras deberían de estar escritas en la conciencia del hombre: cuan fácil es distraerse, desviarse y resistirse a la voluntad de Dios.
34 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!
La palabra del Señor Jesucristo es verdad y no pasará esta es la verdadera visión que tiene Dios sobre su pueblo, su rebeldía es vista por Dios y habla muy mal de su pueblo ante las demás naciones: son sujetos a profecías tremendas y no se arrepintieron de sus maldades y les profetiza su caída pero también la esperanza de que algún día sean restaurados por la misericordia y fidelidad de Dios.
He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me veréis, hasta que llegue el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor.
Bendito el que viene en el nombre del Señor es una frase de anhelo de una religión del mundo. Esta palabra como puede verse es para los judíos y se exclamará cuando llegue a su tiempo (en la segunda venida), más la esperanza de la iglesia de Jesucristo es la que se encuentra en el penúltimo versículo del capítulo de Apocalipsis: ven Señor Jesús.
Pero, ¿por qué Bendito el que viene en el nombre del Señor no aplica a la iglesia?
Porque no somos judíos en espera de redención debido al castigo y juicio impuesto por el Padre por la rebeldía de milenios.
Porque la iglesia ya no estará en ese tiempo: Laodicea terminará con su testimonio y el Señor Jesús levantará al remanente de su iglesia de la tierra, sacándola primero, para dar lugar a su segunda venida y cumplir el propósito de Israel: reverdecer la higuera seca y venir por el pueblo de su Padre.
Porque nosotros, al ser parte de la iglesia, somos la novia. La novia anhela llegue su novio amado y la lleve a la boda prometida. Amén.




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