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Los que querían seguir a Jesús

  • Foto del escritor: Cuerpo Editorial
    Cuerpo Editorial
  • 21 nov 2015
  • 3 Min. de lectura

Dice la escritura en el nuevo pacto en Mateo 8:18-22 18 Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado. Jesús iniciaba su ministerio y ya se congregaba mucha gente en busca de él. No es una coincidencia este hecho en diferentes pasajes la orilla del mar la utilizará para dar diversos mensajes.


19 Y vino un escriba y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. Al ver las proezas y milagros que el Señor Jesucristo realiza un escriba le habló diciéndole: te seguiré adondequiera que vayas. Los escribas eran una clase de profesionales de la escritura y la lectura, constituían una parte letrada del pueblo de Israel y eran muy socorridos por el pueblo porque incluso algunos sabían varios idiomas, un escriba era requerido en compraventas, herencias, donaciones, en fin en mucho asuntos, que en ocasiones hasta al mismo clero les eran de gran ayuda.


Los escribas eran de posición acomodada y gozaban de prestigio como lectores del antiguo pacto. Por consiguiente, sabían del contenido de la ley y los profetas y gracias a esa condición, reconocían la sabiduría de Jesús y que sus dichos no provenían de una sabiduría terrenal. De ahí que este escriba le reconoce como Maestro y al estar sorprendido de ver el poder de Dios en él, en un gozo de emoción le dice “te seguiré adondequiera que vayas” le gana a este escriba el deseo de seguir a Jesús, nadie había hablado como él y merece ser seguido para aprender de él.


20 Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; más el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. Jesucristo sabía de la posición social y económica que guardan los escribas en el pueblo judío y hace alusión a dos animales en la tierra que hacen habitaciones para guarecerse de los riesgos y peligros de sus entornos y describe la posición de Jesucristo y todos aquellos que le quieran seguir no tiene dónde recostar su cabeza, dura lección para aquellos que desean imitar a Jesucristo, no es fácil no tener lugar donde dormir, hoy aquí, mañana en otro lugar, el Espíritu es como el viento: llevar la palabra del Señor requiere sacrificio.


En un error de interpretación los hermanos de los años 50s a los 70s creyendo que el movimiento hippie en el mundo podría ser el mover de los hermanos de la iglesia y consideraron este versículo; la altura para llegar a ser de Jesucristo, esto es una falsa interpretación. El mencionar que no tiene donde recostar la cabeza significa que los siervos y los que tienen ministerio de evangelistas y apóstoles en algunas ocasiones profetas serán movidos por el Espíritu a llevarlos a lugares remotos y por ende no hay hora, ni lugar para detenerse. La iglesia debe de tener un lugar fijo de residencia, la casa es un baluarte de testimonio de los hermanos, ante el mundo. Los escribas querían todas las comodidades y aun cuando no se menciona en la escritura respecto a este escriba jubiloso seguramente ya no siguió a Jesucristo después de esa respuesta.


21 Otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. Aquí se trata de uno de sus discípulos, puede ser de los que mencionan en la misión de los setenta; lo que sí es importante resaltar el hecho que su padre haya partido de este mundo y desea que lo espere, puede aparecer un hecho noble el despedirse de su progenitor y no puede seguirlo de inmediato. 22 Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos. El ministerio de Jesucristo se iba a realizar en corto tiempo y las ceremonias antiguas requerían algunas veces hasta dos o tres meses según la tradición y la costumbre del pueblo, los que quieren seguir a Jesucristo en los ministerios exteriores (fuera de la iglesia) no pueden justificarse sus situaciones personales.


Cuesta seguir a Jesucristo al cumplir un ministerio, hay que ir en tiempo y espacio, el apóstol Pablo es una referencia clara de cómo el Espíritu te lleva a servir al Señor Jesús. Deja que los muertos entierren a sus muertos es quizá una de las frases más impactantes en el evangelio, generalmente por no decirlo en su totalidad los que se encargan de enterrar a los muertos participan con ellos en una vida espiritual muerta en el testimonio de Cristo. Vive a Cristo. Amén.




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