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Tesoros en el cielo

  • Foto del escritor: Cuerpo Editorial
    Cuerpo Editorial
  • 23 nov 2015
  • 3 Min. de lectura

Mateo 6:19-21 19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;


20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.


21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.


Jesucristo nos alienta a obrar para hacer tesoros en el cielo, busca que miremos a las cosas de arriba y no las terrenales, en el mundo había solamente dos clases de religión: la judaica y todas las demás encerradas en un paganismo y desviación a las cosas de Dios y el politeísmo era su diversidad y constante idolatría. Los judíos en la tierra prometida veían al mundo y durante su vida antes de Cristo siempre desearon imitar las conductas de los del mundo.


El constante estar mirando lo que no era suyo empezaron a codiciar lo ajeno, Dios envió profetas a rescatarlos de su desviación, pero ya estaban controlados por sus deseos y su envanecimiento. Jesucristo conocía el terreno que pisaba al hablarles de las cosas del cielo y de lo más pretencioso por ellos: el valor de las monedas. De hecho inicia el versículo diciendo: “no os hagáis tesoros en la tierra” éste ordenamiento calaba hondo en el alma de los clericales y también del pueblo que codiciaba también algún día poseer lo que ellos tenían; “donde la polilla y orín corrompen” no hay valor en las cosas materiales todo tiene fin por su uso, pérdida, desgaste, etc. Les enseña que las cosas de abajo son efímeras y temporales, no alcanza para toda la vida y son corrompibles y propensos a los que vayan tras esos tesoros a perder el alma.


Y donde los ladrones minan y hurtan, entre más tengas, serás asediado, atacado, y agredido por los que ven tu dinero o fortuna, tu avaricia traerá la codicia de los que roban y te harán daño, y si te va bien solo serás robado y ultrajado. Hay que ahorrar ciertamente, con la condición que repartas con humildad en los que no tienen y a los que te lo solicitan.


Los tesoros en el cielo son verdaderas riquezas generadoras de promesas y contentamiento con el Padre, te servirán en las obras de justicia que Dios te ha preparado, estas son las obras espirituales como; orando como debemos de orar, el esfuerzo diario ofreciéndolo a Dios, sufriendo los agravios y ayudar a los que persiguen por el evangelio de Cristo, estar solícito en los hospedajes a los santos, orar por los enemigos.


El enemigo de Dios no puede con los que hacen los tesoros en el cielo, cada vez que hacemos la voluntad de Dios el enemigo se retira avergonzado porque no nos pudo derrotar. Advierte Jesucristo que primero es lo espiritual. En esta sociedad de consumo nos quiere tentar para que vayamos con la corriente de este mundo en caer en el abismo de comprar todo aun cuando no lo necesites.


“Porque donde éste vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. -De toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida- tremenda palabra del Señor Jesús, el corazón debe estar puesto en los tesoros en el cielo, es el camino agradable al Padre, este ordenamiento en la analogía de la casa libera los pasillos para entrar a los cuartos, nuestro tesoro es la obediencia a la palabra de Jesucristo. Amén.

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