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La secrecía de saber dar

  • Foto del escritor: Cuerpo Editorial
    Cuerpo Editorial
  • 24 nov 2015
  • 3 Min. de lectura

Jesucristo ordenó en el nuevo pacto algunas disposiciones que debemos guardar en nuestra conducta delante de los hombres, con la venida del Espíritu Santo sabemos que todo lo que hacemos de la bondad que procede del mismo Espíritu, el hombre no tiene buena voluntad en sí mismo, como se escribe en Lucas 2:14 14 ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! Diferente el mensaje de una religión que lo anuncia en periodos decembrinos.


Jesús de Nazaret en su ministerio quiere dejar en claro que su justicia es mayor que la de la ley y los profetas, es el nuevo modo de comprender si somos del Padre o somos de una imitación de Dios. El ordenamiento es para nuestra forma de agradar al Padre, no a los hombres, ni a nosotros mismos. Ante este hecho tenemos que enseñarnos a dar porque es mejor “dar que recibir” así será enseñado en todo el mundo por el espíritu de Dios.


El capítulo de Mateo 6:1-4 inicia: 1Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.


Es conveniente que veas, escuches y observes a tu alrededor. Los que dan en Dios lo hacen anónimamente y en secreto, lo otro procede de la carne y la vanagloria. En estos instantes reconoces la gran desviación de los hombres de este ordenamiento en nuestra vida para agradar al Padre. Toda vez que en el mundo se ha infestado en las religiones y denominaciones un espíritu de altivez y protagonismo para ser alabados y reconocidos por el hombre. Es una hipocresía social y una moral incorrecta.


2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.


Si tienes que dar da para agradar a Dios, el hombre del mundo no lee la escritura, los creyentes de Jesucristo sí, esta palabra es para los hermanos de la iglesia y si los que están al frente proceden de otra manera, es un parámetro espiritual de que se han desviado con los del mundo.


3 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, El deseo de ayudar y de dar procede ante una situación de ver en aflicción a un hermano, amigo o familiar en desgracia, da sin que tu intención sea con ganancia o por conveniencia, dalo por amor y conforme a lo que tengas.


4 para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.


Espera la recompensa del Padre es una certidumbre total la respuesta a la obediencia de sus ordenamientos. En la analogía de poner un orden en tu casa has limpiado, arreglado tu sala, la vista de los hombres no es importante, obedecer su palabra es nuestro sustento.


La recompensa ciertamente será en el día y hora de tu necesidad, el Espíritu dentro de ti, desvelará un alivio salido del alma, sentido en el corazón y agradecido en la mente y conciencia, puesto que no habría modo humano de probar que aquéllas obras hechas en lo secreto por ti y ese momento de restauración o salvación de algún problema resuelto en público (para testimonio a todo ojo que ve en esa hora) tengan relación, sino solo entre tu -por el Espíritu- y el Padre, eso es lo glorioso de esta escritura con promesa. Y lo dice alguien que lo ha experimentado muchas veces, no por vanagloria o vanidad, sino para ejemplo que con fe, en amor, obediencia y esperanza AUN SUCEDE. Amén.


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