¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
- Cuerpo Editorial

- 27 ene 2016
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¿Cuándo entenderá la iglesia que tenemos lo más preciado en nosotros que consiste en el poder del Espíritu Santo? ¿Acaso la ceguera ha envuelto los ojos de los hermanos en Jesucristo? ¿Por qué apegarnos a las cosas del mundo y anhelar el poder terrenal, cuando sabemos que es el poder espiritual el que nos da vida y vida abundante?
¿Acaso no son claros ejemplos lo sucedido a estos religiosos? ¿Cuándo entenderán, cuál será el día que dirijan la mirada al Señor Jesús? En los primeros cuatros ¡ay! ya se ve la gran distancia que tenían los religiosos de ese tiempo con su Dios y su enviado, nada se puede hacer ante un pueblo desobediente, carente de amor e independiente de Dios terrible condición del pueblo judío.
Mateo 23:25-26 25 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia.
26 ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.
Con la misma dureza que les recordó su situación hipócrita en la que vivían, así son los religiosos de nuestros tiempos, cada vez más insensibles y llenos de protagonismo en la rapiña y la avaricia, supuestamente para el Señor, cuando ni lo conocen, ni lo ven y ellos se quedan con todo. El Señor Jesús los conocía muy bien y hoy en nuestro tiempo el Espíritu Santo los desenmascara de su hipocresía espiritual, fingen ser de la fe y están llenos de dudas y vacilaciones, dicen tener esperanza y no ven más de sus ojos, creen practicar el amor y son los más ególatras de poder y superioridad.
Mateo 23:27-28 27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, más por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
Estas palabras les retumbaban en sus oídos y estremecían sus cuerpos enfermos espirituales, dichas para que no dudasen en hacer lo que desde hace tiempo concebían ¡matarle! El Señor Jesús no se podía detener hasta decir el último “ay” para que se cumpliese y fuera testimonio para las futuras generaciones de los religiosos envilecidos.
El ultimo “ay” culmina con la gran señal de advertencia para nuestros tiempos que los exhibe, su predilección por lo material en templos, figuras y tumbas, los que siguen al Padre por medio de su Hijo ven que el corazón de los religiosos están contaminados por lo material, no importa si hay mucha economía o poca ellos quieren, desean y anhelan lo material y lo harán porque no viven lo espiritual.
Los religiosos judíos tenían que pagar sus actos, la justicia de Dios no tarda, y fueron escogidos para testimonio y se contaminaron con los del mundo, el precio de querer ser sin Dios les costó caro y pagaron por ello. Tenían que cumplir su cometido ya estaba escrito y Jesús emerge como el Hijo de Dios que enfrenta la religiosidad del mundo de su enemigo satán, no fueron perdonados, solo los que quisieron ver a Jesucristo como Señor y Salvador.
Mateo 23:29-36 29 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos,
30 y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. 31 Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. 32 ¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres! 33 ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? 34 Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad; 35 para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el altar. 36 De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación.
Palabras de juicio que los han seguido hasta nuestros días, así será el pago para Babilonia por anteponerse a Dios y reclamar un reino para sí, justo será su castigo por todas las cosas que hizo y por todo el engaño en el cual difundió entre los millones y millones de sus seguidores, será duro su castigo.
Vuélvete a Jesucristo y muere en él y con él para salvar tu vida, amén.
Ver blog anterior Jerusalén, Jerusalén. Amén.




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