EL USO DE LAS PARÁBOLAS
- Cuerpo Editorial

- 27 ene 2016
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A los hermanos establecidos en esta tierra y viviendo en la fe en este mundo: Salud. Paz y gracia de Jesucristo sean dispensadas en abundancia a sus almas.
Uno de los muchos pretextos que los no creyentes y hasta algunos creyentes tienen acerca de leer la Escritura, el nuevo testamento, es éste: “Es que no le entiendo. Habla muchas cosas literales, otras en sentido figurado, otras como una mezcla de ambas y pues es difícil leerla”.
Pero yo os digo ¿Quién nace enseñado? Es pues necesario recibir la leche espiritual al principio, dependiendo de Dios nuestro Padre para que por medio del Espíritu Santo no sean revelados los conocimientos de su Hijo y su salvación.
Pero luego, conforme pasa el tiempo, en menester que cada quien creciendo a su tiempo y dependiendo de la comunión personal que se tenga en el Espíritu con Dios es como seremos capaces de comenzar a descifrar los mensajes en la Escritura en los relatos de los evangelios y cartas epistolares.
¿Qué es lo que tiene más valor? ¿Lo que se obtiene con base en el esfuerzo y trabajo arduo o lo que simplemente se toma al alcance de la mano? ¿Qué es más sabroso: un simple vaso con leche o un manjar típico de nuestra localidad hecho por manos expertas? De la misma manera, está escondida la sabiduría de lo Alto en las letras impresas de los libros llamados nuevo testamento.
Luego por eso Jesucristo habló por parábolas, para que sólo los entendidos y destinados tuvieran la necesidad de investigar creyendo por fe a sus palabras. Para juicio, porque sabía que sólo le entenderían los perversos que torcieron la ley de nuestro Padre en perjuicio de su pueblo. Para testimonio, porque estando visible a sus ojos no le reconocieron muchos, porque oyendo su voz no escucharon su mensaje y porque les demostró el cumplimiento de las Escrituras y aún así no le creyeron.
Luego, si nadie nace sabiendo, ¿puede un niño estudiar la universidad? ¡Claro! Si en el mundo, para los conocimientos seculares existen niños prodigio ¿los habrá para lo de la fe? ¡En efecto! Luego para los propósitos del Señor también existen hermanos que nacen para ser grandes en el conocimiento y testimonio de Cristo.
Y os vuelvo a recordar. El camino se anda en el transcurso del tiempo. No es posible dar un paso y llegar a la meta. NO ES ASÍ. No es posible esperar todos los resultados inmediatos, dado que el pecado inmerso en la carne debe derrotarse, debe someterse la carne y el corazón al Señor Jesús y él haga el cambio. Por tanto, no hay excusa que valga para no leer el nuevo testamento. Pero sí debe existir la voluntad de leerse. El anhelo de aprender más y desear llegar a la altura del varón perfecto.
Todo nuevo conocimiento debe primero recibirse, procesarse, meditarse, creerse y asimilarse dentro de nuestro acervo de conocimientos y experiencias. En el Espíritu es sencillo y vivificante. En la carne tedioso y aburrido.
Nuestro Señor Jesús nos hablaba a nosotros en sus parábolas, porque sabe que a través de la revelación del Espíritu escucharíamos y creeríamos 2000 años después y contando lo que realmente quería decirnos: que él es el Hijo de Dios, su enviado; que somos de Dios creyendo en él, que somos sus hijos por la fe, que somos sus ovejas, sus pequeñitos, que tenemos alcurnia espiritual por encima de los del mundo, que tenemos esperanza de vida eterna, que debemos seguir sus pasos y que añoramos su pronto regreso.
¿Qué más podemos pedir? Simplemente a actuar como conviene, como a herederos y no como pordioseros. Como vivos y no como muertos. Así que no os dejéis seguir engañando por literatura falsa, por mentirosos que dicen “volved a lo antiguo”, por la pereza de no querer seguir adelante. Porque nuestro tiempo aquí, a la verdad, no es mucho y lo que tenemos que invertir para beneficio de nuestro Padre que está en los cielos es demasiado.
Porque está escrito en Mateo 13:13-14 13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis.
Que el amor de Jesucristo sobreabunde en los que pronuncian el Santo Nombre del Señor, en donde quiera que sea, desde la tierra de los muchos lagos al norte. ¡El Señor Jesús viene pronto! Amén.




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