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Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres

  • Foto del escritor: Cuerpo Editorial
    Cuerpo Editorial
  • 14 feb 2016
  • 5 Min. de lectura

La palabra obedecer según el diccionario consiste en respetar, acatar y cumplir la voluntad de la autoridad o de quien manda. La obediencia suele concretarse a partir de obligaciones o prohibiciones. En el lenguaje espiritual es determinar una conducta de cumplir con lo que se nos ha impuesto. En el antiguo testamento la obediencia era un sometimiento o sea sacrificar lo que nos agrada para poder agradar a Dios.


En Cristo la obediencia trae un efecto de bienestar para quien la realiza y se puede comprobar en el libro de los Hechos de los Apóstoles 5:28-32 28 diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre. 29 Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. 30 El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero. 31 A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. 32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.


Podemos ver que los mandantes querían que no se proclamara el evangelio, así como sus padres habían matado a los profetas enviados por Dios, ahora ellos, habían matado al Hijo de Dios y un miedo se apoderaba de ellos y solicitaban a los discípulos de Jesús que los obedecieran en esa prohibición.


Pedro y los discípulos respondieron con la frase de este tema, no hay mucho que comentar con esta respuesta, el evangelio se propaga por ellos porque es una condición estipulada para llevar el evangelio a Israel, la biblia nos dice que hay que obedecer a las autoridades, a nuestros padres, a las leyes humanas, ellos estaban investidos de lo alto para anunciar el evangelio y era preciso aclararles que cumplirían su ministerio.


Los que mandaban que no publicasen los discípulos el evangelio, no eran autoridades sino pertenecían a un clero que estaba contra Dios y por consiguiente no tenían una investidura de autoridad.


El apóstol Pedro confirma lo que Jesucristo les anuncio antes de su partida, si obedecen a la fe, el Espíritu Santo forma parte de tu vida espiritual. (Ver blog anterior Espíritu Santo).


Lo cierto es que Dios es bueno y nos permite que obedezcamos a su evangelio a través de Jesucristo, ya no podemos obedecer la ley y a los profetas, nosotros somos hijos del nuevo pacto, tal condición es otorgada por habernos mandado a vivir en este tiempo.


A Jesucristo le obedecía todo elemento natural y espiritual como lo podemos disfrutar en: Mateo 5:27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?


Marcos 1:7 Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen?


Lucas 17:6 Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.


Es importante mencionar que Jesucristo obedeció al Padre y agradó a Dios, como está escrito en Hebreos 5:8-9 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y con ello nos lleva a conocer el alcance de su obediencia. 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;


En Romanos 5:19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Somos justos por la obediencia de Jesucristo al Padre.


Los hijos de Dios por la fe en Jesucristo reconocemos que el Espíritu nos ha dado la mansedumbre y humildad para obedecer, lo podemos certificar con lo escrito en Romanos 16:26 pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe.


En Hebreos 12:9-10 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? 10 Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.


Nuestra obediencia a Dios nos hace apartarnos del mundo (santidad)


En 1 Pedro 1:2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

Nos confirma que fuimos electos.


En Romanos 1:5 y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre.


Al tener la fe obedecemos a Dios


Romanos 16:19 Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal.


La obediencia a Jesucristo es testimonio para el mundo


2 Corintios 9:13 pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos.


La obediencia a Cristo te da liberalidad para dar


En la misma carta de 2 Corintios 10:5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.


Nos enseña que nuestro pensamiento es y debe ser para el Señor Jesús, redentor de nuestra alma.


En 1 Pedro 1:13-14 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado. 14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia.


Nos exhorta a ser hijos obedientes de la verdad.


Y en esta misma carta escribe en el versículo 22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro.


Es un versículo muy completo para mi alma y se lo digo amigo lector en mi debilidad humana, ya que la obediencia a Jesucristo purifica nuestra alma mediante el Espíritu por el ejercicio del amor con un corazón puro. Tremenda experiencia llegar a esta altura espiritual.


La obediencia a nuestro Padre es signo de adoración y agradecimiento por habernos hecho partícipe de su gran amor, debemos de solicitarle todos los días en que tengamos comunión con Él que nos haga hijos obedientes. Amén.




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