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¿Cómo no tenéis fe?

  • Foto del escritor: Cuerpo Editorial
    Cuerpo Editorial
  • 30 abr 2016
  • 4 Min. de lectura

Esta pregunta la realiza el Señor Jesús a sus discípulos en medio de la prueba. Los discípulos del Señor Jesús eran los más pequeños de los pequeños, pues en aquéllos tiempos el pueblo judío era un pueblo muy atrasado, no eran de una tecnología avanzada como otros pueblos, muy rústico y poco avezado en comparación con los otros pueblos circundantes tales como Roma, Egipto, Grecia, Tiro y Sidón, los pueblos y ciudades estado en lo que hoy es Turquía. Aún así el Señor Jesús escogió a sus discípulos precisamente porque no eran un portento de sabiduría o de gran clase cultural, eran hombres insignificantes en la clase social de esa época.


Si hay algo que debieran comprender aquellos que se dicen ser del Señor Jesús, es el origen de nuestras vidas y el testimonio: dice la escritura que de lo vil y lo menospreciado nos llama el Señor Jesús y para esos mentirosos y falsos hombres menospreciadores de la palabra del Señor Jesús, más les volvería a hacerse como el apóstol Pablo (que significa pequeño) renunciando a su torpe vanidad y exaltación ante los miembros de la iglesia. Saulo de Tarso sí comprendió que los hijos de Dios debemos de ser humildes y mansos para ser pequeños ante nuestro Padre, de ahí su nuevo nombre para lección de la iglesia.


Voy a transcribir este pasaje bíblico íntegro para que observe el proceso natural de enseñanza que pasaron los discípulos del Señor Jesús, él sabía que los discípulos debían de aprender lecciones reales, pues su tiempo estaba limitado, en Marcos 4:35-41 está escrito: 35 Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. 36 Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. 37 Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. 38 Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? 41 Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?


Los discípulos desde el inicio del ministerio de Jesucristo ya habían visto una gran cantidad de milagros de su Maestro, ellos sabían del poder y majestad que obraba en su poder para el pueblo judío, Jesucristo les enseñaba aparte y los hacía vivir en la fe, esta lección es importante para toda la generaciones de hombres que habían de seguir. Los acontecimientos en la vida del Señor Jesús son para para conocer los diferentes sucesos que acontecerán en nuestra vida y que debemos de estar preparados y guardarnos en su palabra.


El pasaje describe que las multitudes ya no estaban, o sea, que este trato es para los discípulos, acto seguido, una gran tempestad de viento echaba las olas sobre la barca, los discípulos en sus fuerzas trataban de sacar el agua de la barca y por más esfuerzo, los elementos externos minaban sus acciones; en el mundo siempre habrá situaciones que traten de anegarnos y no es posible salir airosos con nuestras fuerzas. Los discípulos intentaron resolver con sus recursos y vieron que no podían, empiezan a perder la calma, el desánimo cundió en ellos y con ello el miedo aparece y alcanzan a manifestar que perecían.


Asi es el comportamiento del mundo y siempre perecen, pero los hijos de Dios por la fe en Jesucristo tenemos que aprender de esta lección, tenemos el Espíritu Santo y podemos sostenernos ante las circunstancias adversas que tenemos en el mundo. El Señor Jesucristo tiene toda potestad de todos los elementos que suceden en este planeta, es increíble la incredulidad de los mismos hermanos en la fe que se dejan asustar y vencer por tornados, huracanes, tsunamis, terremotos, el mundo es azotado por ellos por cuanto no glorifican al Hijo de Dios.


Jesucristo dormía junto a un cabezal de la barca, él sabe que los discípulos no pasarían la prueba, el Espíritu Santo no está en ellos todavía y tiene que enseñarles en la fe: la templanza y fortaleza y con pocas palabras, arregla tal evento que amenazaba la barca.


¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? No es correcta esta condición de acobardados, somos los hijos de Dios y es Dios el que creó este planeta y todos sus componentes, somos productos de una fe. Sin fe es imposible agradar a Dios, debemos de poner estas condiciones en nuestra vida espiritual, no cobardía y siempre manifestar la fe en el poder de Jesucristo, sobre todas las cosas.


Los discípulos no sabían todavía las grandes cosas que les iban a suceder, pero ya experimentaban que estaban ante un hombre que habría de cambiar el destino de millones de hombres para creer en su palabra.


El Hijo de Dios y el poder estaban con ellos y en ellos, la misericordia y el amor ya vivía en ellos y la sabiduría e inteligencia de lo alto se manifestaban en sus cabezas y corazones que formarían parte de un plan de Dios y llegarían hasta nuestros días y al final de los siglos. Amén.

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