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Editorial 116

  • Foto del escritor: Cuerpo Editorial
    Cuerpo Editorial
  • 25 jun 2016
  • 3 Min. de lectura

La paz del Señor Jesucristo en vuestro espíritu


¿Cómo es que todavía no se cree en la palabra profética exclamada por Jesucristo? Proclamaba el Señor Jesús: ¿Hallaré fe en el hombre en mi segunda venida? Y la que se encuentra escrita en Apocalipsis en el último espíritu de la iglesia Laodicea: “Por tanto, yo te aconsejo que de mi compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas”.


Hoy en día los adeptos a las denominaciones mencionan a Dios con sus labios en una forma desordenada y abyecta para invocar al Padre y ya no mencionan a su Señor Jesucristo, ¿tanto te apena decir Jesucristo, Jesús de Nazaret, Señor Jesús, Cristo? Comprendemos que las religiones no se cansen de hablar de Dios y el famoso -Dios te bendiga-, pero un creyente que sabe el perfecto plan de salvación de Dios, el sacrificio del Señor Jesús, la verdad del Espíritu Santo en sus vidas, al hacer o decir eso viene a ser peor que un ignorante.


Verdaderamente creo en la palabra profética del Señor Jesús, que su palabra no pasará y se cumplirá fielmente la profecía de sus dichos en los finales tiempos. Los tibios y los ambiguos irán cada vez poblando las congregaciones humanas en derrota y apostasía total. No han recibido la enseñanza del Espíritu Santo que Jesucristo es el origen de la vida espiritual con el Padre para con los hombres de los últimos tiempos.


Jesucristo es la fuente en la cual brotan las aguas de su palabra en la vida de su cuerpo: se es o no de Jesucristo, decisión de cada quien… Debes comprender que Jesús es el Hijo de Dios y sobre esa verdad descansa tu posición en la roca de salvación. Es mejor conocer a un hermano débil en su vida pero bien puesto en la fe de Jesucristo, que un hermano hipócrita de vida espiritual en apariencia sana que constantemente se mueve en sus apreciaciones teológicas negando a su Salvador y a su Hijo Jesucristo.

¿Ya se les olvidó que es el Padre quien lleva a Jesucristo y Jesucristo no perderá a nadie de lo que el Padre le envía? Pero muchos se han desviado, apartándose y negando el nombre de Jesucristo delante de los hombres. Enfrascados en ver la perfección humana (que no obedece a ninguna fuerza en la carne sino en la bondad y misericordia de Dios) peor que los judíos -pues rechazaron al Señor Jesús aunque ellos no contaban con el Espíritu Santo-pierden valioso tiempo al no conocer que ahora todos los que nacen con la fe se integra el poder del Espíritu Santo para que vean la nueva vida que ha otorgado el Padre.


Qué tristeza que el desenvolvimiento de la mayoría sea en criticar, juzgar las actitudes débiles de los creyentes, ¿se les olvida que Jesucristo ya pagó por sus pecados, él los salvó, él le concedió gratuitamente la eternidad, al final de cuentas, el trato es del Padre con él? Si haces esto vienes siendo un religioso más en la gran cadena de hipócritas que inundan la masa de los que dejan la palabra de Jesucristo y se dirigen a la apostasía al ver al hombre (líder), al mundo (complacencia espiritual), al enemigo de Dios (al seguir el antiguo pacto). ¿Sigues leyendo el antiguo pacto y no has aprendido el desenlace del pueblo escogido por Dios y su destino? Te invito a leer el nuevo pacto inspirado por el Espíritu Santo, capítulo por capítulo en orden, versículo por versículo en atención y verás que lo escrito en este blog te redargüirá que el Espíritu Santo te enseñará la palabra del Señor Jesucristo.


Detén tu paso, si has escogido el camino de Jesucristo, sigue sus mandamientos, declárate bienaventurado, según él te haya mostrado, aplica su vida en la tuya, vive en fe, esperanza y amor y vuélvete a tu Padre, no hagas vana la venida del Señor Jesucristo. Amén.


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