¡Crucifícale!

En esta ocasión, veremos qué castigo más horrendo para un hombre inocente, que pasó por un sinnúmero de leyes violentadas en aras de acabar con un problema social y religioso inventado por el enemigo de Dios en Caifás. Fue un juicio donde con demasiadas inconsistencias, infundios y razonamientos torpes basaron las acusaciones del clero judío a Cristo.

“Es necesario que perezca un hombre y no toda la nación”, había sido la palabra del principal sumo sacerdote. ¿Acaso se había olvidado Caifás de su Dios que es el Todopoderoso, el Eterno, el que iba a enviar al Mesías para salvar el pueblo? Él como principal líder judío debía de tener el conocimiento, la sabiduría e inteligencia de conocer los tiempos y las escrituras. Pero un hombre religioso como él está envuelto siempre en sus ambiciones personales: su engaño, es decir, que está preocupado por el pueblo y de guiarlo, cuando lo que esconde en su corazón es su propio bienestar, su confort, su comodidad y debía preservarlo hasta su muerte.

Alguien podía destruir al pueblo elegido de Dios: ni los judíos mismos. La historia reafirma que lo que es de Dios nada puede destruirlo. La disciplina, juicio y castigo durante estos siglos ha puesto de manifiesto todas las vicisitudes que el pueblo judío ha padecido por esa generación perversa y adúltera. Una religión caduca, sin vigencia y abolida por la nueva expresión de lo mejor que el Padre ha otorgado a la humanidad para volverla esperanzada a su Creador, la iglesia: cuerpo de Jesucristo, depositaria de la verdad, del poder del Espíritu Santo, de la visión profética de la luz en este mundo y sal de esta tierra.

El Padre ha guardado al pueblo judío de su total extinción, pero ha permitido que sus hijos por la fe en Jesucristo con el testimonio de guardar el nombre se hallen en persecución, acosados, marginados, vituperados, los creyentes en Jesucristo siguen el ejemplo de su Señor y han sido atacados y muertos desde la misma fundación de la iglesia (el sistema religioso romano NO es la iglesia de Cristo), la iglesia ha sido vituperada por las organizaciones religiosas que la conducen a las autoridades para calumniarla, difamarla y acusarla sin razón, con el fin de que sean arrasados de la faz de la tierra. Este es el camino que hay que seguir para todos aquellos que quieran vivir la sana doctrina de Jesucristo.

Los falsos israelitas son todos aquellos que no se cansan de tratar de desviar a los creyentes de Jesucristo a voltear a la religión judaica con sus ritos y costumbres. Si bien es cierto que la ley de Moisés servirá para juzgar a los que no se han hecho a la fe, en el Señor Jesucristo como el Hijo de Dios, creerlo es todo el requisito que ocupas para tener vida eterna y salir del ostracismo religioso que te ata con sus dogmas hipócritas, falsas imitaciones y engañadoras. Tienes que salir de ahí y volverte a la roca de salvación: Jesucristo es el Hijo de Dios.

Se transcribirán algunos versículos del capítulo de Marcos 15:6-20 literalmente para que detenidamente comprendas lo que el Espíritu Santo nos registra en el nuevo pacto para ver los hechos que sucedieron tal cual para que en tu mente y corazón se grabe éste episodio y medites sobre la conducta de los religiosos.

6 Ahora bien, en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen. 7 Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían cometido homicidio en una revuelta. 8 Y viniendo la multitud, comenzó a pedir que hiciese como siempre les había hecho. 9 Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? 10 Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes. 11 Mas los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase más bien a Barrabás. 12 Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos? 13 Y ellos volvieron a dar voces: !!Crucifícale! 14 Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más: !!Crucifícale! 15 Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado. 16 Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la compañía. 17 Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas, 18 comenzaron luego a saludarle: !!Salve, Rey de los judíos! 19 Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias. 20 Después de haberle escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle.

La autoridad está para impartir justicia, proviene de Dios y en caso de que no lo haga, recibirá tremendo castigo por su parcialidad e imprudencia de no actuar como lo dice la ley.

Tremendo versículo 10 que delata a los religiosos de la razón para matar a Jesucristo: son los sacerdotes judíos los que incitaron al pueblo que soltaran a Barrabás, y el pueblo juntamente con el clero gritaron: “¡crucifícale!” y otra vez más: “¡crucifícale!”

Y si eres de la idea de creer que la cruz es el símbolo espiritual de Dios, ¿qué no sabes cuando te dice: maldito es el que está colgado en una cruz?” La palabra dice: carga tu cruz, no que la constituyas en un amuleto, o fetiche de adoración al Padre o al Hijo. Ya no seas idólatra, ignorante y religioso, somos del Espíritu y el Espíritu no necesita de nada terrenal para recordar que nuestro Señor Jesucristo ofrendó su vida en forma violenta y cruel para dar testimonio que las religiones corrompen la unidad del hombre con el Padre, el único intercesor al Padre es Jesucristo mismo y no un artículo en el cual millones de hombres han hecho negocio en todos los tiempos y en todo el mundo alimentando la desviación de la salvación.

Jesucristo es el Hijo de Dios. Amén.