Editorial 127

La paz del Señor Jesucristo en vuestro espíritu.

La voz interior que oirás cundo crees que Jesucristo es el Hijo de Dios y crees en su palabra, es muy simple: salid del lugar en el cuál te rescató. Es necesario sentir y experimentar ese llamado a salir del espacio en el que te desenvolvías, porque ciertamente habrá una mejor forma de vivir la vida espiritual que el Padre te tiene asignado.

Es mejor cruzar un desierto acompañado del Señor Jesús, que mantenerte en el estilo de vida que has llevado y que te conducen a una muerte espiritual y a una condenación eterna. El Señor Jesús no ignora de dónde provienes y lo que has hecho hasta el día de hoy, el sólo quiere mostrarte en soledad, en silencio, en libertad, la fe y el amor que te ha deparado para vivir. Te quiere alejar de reglas falsas, mandamientos humanos, acciones tradicionales, costumbres erróneas y quiere llenar tu corazón y mente de todo lo bueno de Dios y de su espíritu.

Es la primera lección que Jesús nos enseña en el nuevo testamento, al salir en el espíritu y ser tentado por el enemigo de Dios, él salió victorioso y ahora tú también porque ha enviado el Espíritu Santo para fortalecerte y enseñarte que en Jesucristo está la victoria en este mundo. Solamente en él, no hay nada, ni nadie más, él es el puente al Padre, lo entenderás cuando estés en el desierto.

El agua de su palabra calmará tu sed en la aridez y sequedad del desierto, la vida en el Espíritu vencerá la arena y polvo de la carne, el Espíritu del señor te acompañará en la soledad del camino, el calor del sol te ayudará a encontrar la luz de tu interior y te fortalecerá para seguir adelante. Nunca estarás sólo.

Te preguntarás ¿qué vas a dejar? La religión, la organización humana que te dice que son de Cristo y lo niegan en sus discursos, la vana manera de vivir (dudas, falsas esperanzas, deleites efímeros, ilusiones del alma, debilidades y sentimientos, el engaño y la ignorancia, la falta de amor) y otras cosas más en la que uno experimenta cuando camina en la vida sin el Señor Jesucristo.

Renuncia a tu ser y el Espíritu te renovará con su fruto y dones, te dará la sabiduría e inteligencia de Dios, te apropiarás de la verdadera fe, vivirás en la plenitud del amor del Padre para con los que te rodean, tendrás el cuidado y protección del sabio Dios y te solventará el sustento que requieras durante tu paso en la existencia de tu testimonio. Llevarás una cruz por obedecer al Padre y creer en Jesucristo, una cruz que te ha sido dada para cargarla, solamente para que sientas que no somos parte de este mundo.

Renuncia a lo que tienes: padres, esposa, hijos, patrimonio, estudios, reconocimiento social o político, renuncia a todo lo que crees poseer, porque nada es tuyo y sabrás que el Padre te prodigará de grandes y maravillosas bendiciones que jamás habías imaginado. Cambiará lo que tienes y lo hará maravilloso ante tus ojos y reconocerás que Él te ha escogido desde antes de la fundación del mundo para gozarte en plenitud de una nueva vida de amor y poder espiritual.

Te integrarás a un cuerpo débil físicamente y sin poder económico, de muchos miembros esparcidos en toda la tierra en que se brinda la palabra de aliento ¡Cristo viene! , en que sólo se gozan con la palabra del nuevo testamento y se guían por el Espíritu Santo en el cual declaran que Jesucristo es la cabeza del cuerpo, y él es el que era y ha de venir por su prometida: la iglesia.

Bienvenido a la iglesia del Señor Jesucristo. Amén.