Tu fe te ha salvado, ve en paz.
- Cuerpo Editorial

- 10 sept 2016
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Lucas 7:36-49 36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; 38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. 39 Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. 40 Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. 41 Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; 42 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? 43 Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. 44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies. 47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; más aquel a quien se le perdona poco, poco ama. 48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. 49 Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?
La actitud farisea es la que actualmente predomina en las religiones y organizaciones humanas (denominaciones), el Espíritu Santo describe como un religioso de la secta farisea invita a Jesús a comer en su casa: su intención no era la de oír su palabra para aplicarla en su vida, él se sentía contento porque ya podía decir que Jesús el Maestro había accedido a visitarlo, en su corazón sólo albergaba las formalidades exteriores y este pasaje es un buen ejemplo que arremete con la mentalidad hipócrita y superficial de los religiosos.
A Jesucristo no le importa qué has hecho en tu vida, no le interesa ningún acto innoble o de perjuicio que hayas ocasionado, no es importante para tener una relación con él. Al Señor Jesús le interesa que sólo te acerques confiadamente y creas que él es el Hijo de Dios y es el Cordero de Dios que quita el pecado de todos, a través de su sacrificio. Solamente eso. Es imposible de creerlo pero ya lo leíste en este te tema: y te lo explica en forma sencilla y natural.
La mujer sabía que no tenía qué decir nada, pues conocía el poder del Señor y creyó en todas las cosas que había visto y escuchado de él, actuó con amor y el Señor Jesús perdonó sus múltiples pecados por la fe que tuvo en él. Y su fe se basó en que podría encontrar gracia ante de los ojos del Señor Jesús haciendo lo que hizo y sin aspavientos o palabrerías inútiles.
Te invito a que lo leas de nuevo y vuelve a sentir la enseñanza de este pasaje para el regocijo de tu ser. Los religiosos cierran la puerta con sus dogmas y mandamientos humanos, sus creencias torcidas y falsas, pero acércate a Jesucristo, solo es de confesar y creer que Jesucristo es el Hijo de Dios, solamente ese acto depende la salvación de tu vida.
Los religiosos condenan, juzgan y no perdonan, tratan de destruir con su maldad humana, la bondad, la misericordia y el amor de un Dios que es incontenible en fuerza y poder para perdonar lo que hicimos, lo que hacemos y lo que todavía podemos hacer. Él es un sabio Dios y envió a su Hijo Jesucristo a salvarnos y darnos vida eterna gratuitamente.
Los pies del Señor Jesucristo es la señal de su venida a este mundo, es el símbolo de que Dios se manifestó a través de su Hijo y que es la palabra de Jesucristo la que nos lleva a la consolación y a su paz de ser salvos.
¿Dudas? Vuélvelo a leer y acógete solamente a estos versículos del evangelio de Lucas, inspirados por el Espíritu Santo y vive el versículo final 50 Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz. Amén.




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