Editorial 132
- Cuerpo Editorial

- 16 oct 2016
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La paz del Señor Jesucristo en vuestro espíritu
En esta vida debemos descansar en la paz de Jesucristo, no es en la posteridad o después de esta vida. En lo más preciado para nuestro Padre es que tengas una vida eterna en luz, en gloria, en majestad, en el gozo, en cuerpo transformado contemplando a plenitud la esencia de Dios y la de nuestro Señor Jesucristo. Es la culminación de una vida en fe, esperanza y amor en la palabra del Señor Jesucristo.
En esta vida el tiempo no corre ni se estaciona sino la vida se vive en una constante luz admirable donde los sentidos están sujetos en un común estado de admiración y adoración con éxtasis, no hay obra, paisaje, persona, monumento, edificio, imaginación en este mundo que se le asemeje. Que el tener la eterna gratitud de estar vislumbrado la magnificencia del Ser más poderoso, del Dios que hizo todo lo que ha sido creado, lo que haya instaurado no se asemeja en nada a su hermosura y temeraria presencia.
Es una eternidad de colores inimaginables de movimientos calculados, de quietud asombrosa para nuestro ser, en ese lugar se respira la esencia misma de nuestro Dios. El Señor Jesús se manifestará en el poder de darlo al que lo envío, en un acto sin precedentes, esta es la eternidad de la nueva Jerusalén, de la ciudad santa, de la vida que tendremos con la alimentación constante de nuestro Padre para no sentir necesidad alguna. Todo lo que existe no es ni sombra de lo que se experimentará.
Es inefable e imposible de describir lo que está en los cielos, es inigualable su composición divina en el espíritu pero puedes entrar a ellas creyendo y confesando que Jesucristo es el Hijo de Dios. Tras un simple camino creer en Jesucristo es creer en el que lo envió, no hay otra forma. La fe es por el oír, leer, ver, nuestra fe no es ciega como el mundo, sin ser una fe que ve las maravillas de nuestro Padre.
Así de sencillo, práctico y fácil para que seas salvo y alcances la vida eterna. Es un engaño descansar en paz en la otra vida, hay mucho que gozar. De hecho la frase “descansar en paz”, se refiere aquí, en este mundo, mientras haya vida y vida en Jesucristo. Pero dogmas y el diablo hacen que la gente piense que esa frase debe ser aplicada en la eternidad. El que escribe, no teme decir “voy a descansar en paz”, puesto que la paz es un estado del alma y corazón, mientras los oyentes se llenan de espanto por la debilidad de sus corazones y por esa maliciosa comparación con la muerte. El mundo está impuesto a vivir en desasosiego, en afanes, en acción loca e interminable, pero jamás en paz, en quietud, en tranquilidad ¿Por qué? Porque así las mentes y corazones de los hombres piensan y se distraen en cualquier cosa y no reparan en meditar y tener un tiempo de paz… Y recuerden que hay un Dios los ama, un Hijo que les mencione que deben estar en paz y creer en sus palabras de aliento, consuelo y vida eterna y creyendo sean contenedores de un Espíritu Santo que les enseñe a vivir mansamente esta vida. Amén.




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