Editorial 134

La paz del Señor Jesucristo en vuestro espíritu

No hay más verdad en el universo dada a los hombres que Jesucristo es el Hijo de Dios y esta verdad procede del único y sabio Dios creador de los cielos y la tierra, de todo lo que existe y el que da aliento de vida a todo lo que vive, él es el verdadero. La majestad, la gloria, el poder, el amor, la fe, la eternidad, él es antes que todo y él después de todo.

El Padre ha decidido crear una familia en la tierra para todos aquellos que crean en las buenas nuevas impartidas por el Señor Jesucristo, lo ha hecho primogénito y unigénito y lo ha hecho por el amor a su creación: al hombre lo ha hecho semejante y a su imagen, en estos tiempos después de la partida del Señor Jesucristo nos ha dado de su esencia espiritual y la ha enviado para compartir para salir victorioso en este mundo: su Espíritu Santo.

El Espíritu de Dios morando en nosotros no tiene relación alguna con virtudes o valores humanos, puesto que lo de Dios pone de cabeza al mundo y no entiende; más en su ignorancia imita y hace creer en una falsa moral, ética o filosofía, todo hueco sin sustancia eterna, sólo temporal y pasajera en el devenir de los tiempos de la humanidad.

El hombre ha creado religiones para hacer de ellas un verdadero negocio y una cauterización de conciencias para no hacer la voluntad máxima del Padre que es creer en Jesucristo y escuchar su palabra, no viendo la utilidad del sacrificio de la muerte y el derramamiento de su sangre en la cruz de su Hijo. Y siguen en pos de sus dogmas, tradiciones, falsas doctrinas envueltas en ignorancia, idolatría, blasfemias y desviaciones a la palabra que los conduzca a la vida eterna.

El Espíritu Santo en los hijos de Dios por la fe en Jesucristo te lleva al verdadero conocimiento de su voluntad, nos conduce a la separación con el mundo, nos hace sabios para vivir en este mundo. La lectura del nuevo testamento te enseña a convivir con el entorno en paz para dar testimonio, no es un proceso aislado, la vida espiritual es un proceso testimonial de actividades de ejemplo como lo hizo el Señor Jesucristo.

Jesucristo vino por un pueblo elegido por Dios y éste lo rechazó: no fue su conducta deshonesta, humana, o llena de rapiña lo que hizo que fuesen enjuiciados, sino la conducta hostil de rechazo a seguir la voluntad de Dios por su desobediencia a sus mandatos. Ellos teniendo la historia espiritual no la supieron interpretar, a Dios no le interesa los pecados de los hombres, Él conoce la carne que el pecado entró por la desobediencia de Adán. Él les dijo que no comieran de un árbol prohibido que los conduciría a conocer el bien y el mal, al probarlo la desobediencia se integró al ser humano.

A Jesucristo no le interesan los errores, faltas, pecados: él quiere que tengas fe en él y luego que creas que es el Hijo de Dios, el Espíritu Santo irá moldeando tu vida con su poder. Nada de esfuerzos humanos, ni de pensamientos carnales, ni ideas, ni emociones que procedan de nosotros mismos. La transformación procede del Espíritu Santo, tú sólo debes de creer y dejar que él te vaya perfeccionando. Tú eres una obra suya. Cree que Jesucristo es el Hijo de Dios. Amén.