Estos hombres son siervos del Dios Altísimo
- Cuerpo Editorial
- 12 nov 2017
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Estas palabras las registra el Espíritu Santo en el libro de Hechos de los apóstoles en su capítulo 16. Éste pasaje bíblico hace referencia a una muchacha poseída de un espíritu de adivinación que radicó en Filipos, Macedonia. Aconteció que llegando Pablo y Silas para evangelizar ahí, ella salía a su encuentro varias veces y con voz audible manifestaba que Pablo y Silas eran siervos del Dios Altísimo y les anunciaba el camino de la salvación.
Haremos un pequeño paréntesis para hablar de este espíritu. La adivinación es un espíritu que encuentra albergue en cualquier ser humano viviente y se manifiesta en el mundo, como muchos otros tipos de espíritu. Más también es cierto, que hay personas fraudulentas y mentirosas que fingen tener este espíritu para enriquecerse. Es fácil detectar a los genuinos poseedores de este espíritu (manifiesto a los ojos de los hijos de Dios) pues dicen cosas congruentes que habrán de suceder previa permisión de Dios.
Ahora bien, el centro religioso romano y pagano está asentado alrededor de siete montes y es conocido como el Vaticano. ¿Sabías que este nombre, Vaticano, proviene de una diosa etrusca a la que llamaban Vatika? La palabra que da origen ese nombre significa vaticinar, o sea, predecir un hecho futuro por simple intuición o a partir de ciertos indicios.
Roma está llena de sacrilegios, blasfemias, herejías, adivinaciones, y una serie de abominaciones con las que, a través de los siglos, alimenta sus feligreses para desviarlos de Dios y alberga este tipo de espíritus para conocer el futuro de las naciones, personas, organismos, instituciones con el egoísta propósito de tener poder sobre ellos.
Volviendo al caso del tema de hoy, el enemigo de Dios hizo todo lo posible para volver al pueblo en contra de Pablo y ordenó al espíritu de adivinación que repitiera una y otra vez más la esencia y propósito de Pablo y Silas: siervos de Dios y enseñan el camino de la salvación. Pablo, por el dominio propio, se había abstenido de lidiar con ese espíritu, mas después lo reprendió diciendo: -Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella-. Y salió en aquella misma hora.
Pero ustedes dirán: ¿por qué Pablo le reprendió si daba testimonio de ellos que venían mandados por el Dios Altísimo y que por tanto traían consigo el mensaje de salvación? –Recordemos hay otro versículo en Santiago 2 que dice: Tú crees que Dios es uno, bien haces. También los demonios creen, y tiemblan-. Porque ese espíritu de hecho no daba testimonio, sino estaba saboteando la misión de evangelismo ahí para la cual Pablo había sido asignado por medio de una visión provista por Dios mismo. No se nos olvide que los macedonios, al tener cerca a los griegos, eran igual de politeístas y encantados de oír fábulas e historias nuevas de otras partes del mundo. Así que, si Pablo no lo hubiese hecho, la ciudad no hubiese oído el mensaje al revelarles que es una fe por Jesucristo, tomándola en su lugar como una simple fábula más.
Viendo este mismo hecho desde otro punto de vista, el nombre de Jesucristo es el nombre sobre todo nombre, y el invocarlo como lo hizo Pablo en cualquier ataque o situación de peligro debemos de imitar lo que dijo el apóstol Pablo y os será hecho por el amor y poder de nuestro Señor Jesús.
Además sabemos que el negocio de las religiones les reditúa unas sumas exorbitantes de dinero. Vemos por el Espíritu que los esclavizadores de esta muchacha, con esta liberación vieron terminado su ingreso monetario producto de la adivinación, y molestos llevaron a Pablo y Silas a las autoridades locales y principales acusándoles básicamente de herejía, manipulando astutamente el hecho que siendo judíos querían convertir ciudadanos romanos a su doctrina. Resaltamos esta situación, comentándola a continuación.
Importante lección para los hijos de Dios es ésta: en la actualidad como en aquél entonces, podemos acudir a las leyes o autoridades y ejercer el derecho que nos asista. Ya que si bien nuestra ciudadanía espiritual está en los cielos, debemos también dar testimonio que somos y seremos juzgados por este mundo para salir victoriosos en Cristo Jesús.
¿Qué quiere decir? Que habrá situaciones como la de Pablo y Silas, en las que podremos apelar nuestra ciudadanía, profesión, lugar de origen, etcétera y hacer al mundo ver que rompen sus propias reglas con tal de querer exterminarnos. Si leemos atentamente, fueron acusados prontamente sin darles tiempo a defender su causa y las autoridades decidieron actuar sin reparar que atentaban contra los derechos de Pablo y Silas que ostentaban como ciudadanos romanos, azotándoles y echándoles en la cárcel, tratándoles como viles esclavos y humillándolos en público.
Que la paz y gracia de nuestro Señor Jesús sobreabunde en su espíritu y les conceda guarden estos tesoros espirituales en su mente y corazón, Amén.
Se transcriben los versículos sobre los que se fundamenta este tema:
16 Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. 18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora. 19 Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades; 20 y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad, 21 y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos. 22 Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas. 23 Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad.
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