Editorial 218

La paz, gracia y conocimiento del Señor Jesucristo en vuestro espíritu

Vivimos tiempos peligrosos donde la fe en el Señor Jesucristo no está siendo practicada. La gran contaminación del príncipe de este mundo en las diversas organizaciones de creyentes en Jesucristo, hace que sus líderes estén trabajando de la mano con el enemigo de Dios al poner a las congregaciones a ver al pueblo judío en lugar de ver a nuestro Señor Jesucristo. Estos son tiempos de la iglesia de Cristo, todavía falta mucho tiempo, posiblemente unos 230 años más para su venida.

El pueblo de Israel no es más que un reloj acerca de los tiempos, pues lo importante es el cuerpo, que es la iglesia y Cristo es la cabeza de la iglesia. Por tanto, la iglesia puede mirar el reloj y ver que el tiempo se aproxima, para prepararse pues su novio viene por ella, mas no para dejar la palabra de Jesucristo sino para ponerla por obra de testimonio a los del mundo. ¿Desde cuando un reloj es más valioso que un cuerpo en el cual su cabeza es Jesucristo?

La nación de Israel está en el último lugar de las naciones, ya que al no haber creído en esa primera visitación el Señor los profetizó que habrán de ser los últimos y los últimos (todas las naciones gentiles) serán primeros. Se ha visto que algunas naciones del mundo vuelcan sus ojos hacia Israel, sin saber que desprecian el señorío de Jesucristo, de su Salvador, quien está a la diestra del Padre, por un pueblo rebelde, avaro, contradictor y adúltero. Si Israel existe es por la promesa de Dios, no por sus obras que son abominables, puesto que se dicen que son de la ley y con sus hechos hacen lo contrario.

El Señor Jesús maldijo la higuera y le profetizó que nunca nadie comiera de su fruto y ahora las congregaciones salvadas por Cristo se empecinan en volver atrás en esa religión judaica. Israel alimenta con odio a varias naciones. Es un mal testimonio delante Dios como estado y religión. ¿O acaso no saben lectores que no puede haber dos testimonios? O es el pueblo judío o es la iglesia de Cristo. ¡Detengan su pensamiento, palabra y obra pro judía y vuélvanse a vivir las promesas del Señor Jesucristo!

Israel se volvió contra Dios desde antes de la venida de Jesucristo. Así, Dios los dejó, volteó su rostro, y para comprobar su desobediencia envió a su Hijo Jesucristo para que creyeran en él. El Señor Jesús en la parábola de la viña y los labradores los señaló como desobedientes y asesinos del Autor de la vida. Tú creyente has un alto en tu desviación a Israel.

Al apoyar a Israel te desvías del Señor Jesús y eres causante de la terrible profecía que viene a al último espíritu de la profecía Laodicea. Vuélvete al Señor Jesús quien tiene todo el poder. Israel podrá tener dinero, tecnología, sistema financiero fuerte, armamento, etc., pero no tiene al Espíritu de Dios y está escrito y cantado por los hijos de Dios por la fe en Jesucristo, “…no es con espada, ni con ejercito mas con su Santo Espíritu”. ¡Pobre Israel! Luchando contra Dios en lugar de hacerse a Jesucristo y luchar por Dios. La conclusión final consiste en que Israel es el pueblo incomunicado con Dios por sus dichos y sus obras. Amén.