Todo lo he llenado del evangelio de Cristo
- Cuerpo Editorial
- 9 jun 2018
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El apostolado de Pablo no tiene comparativo: judío de nacimiento escogido por el mismo Señor Jesús para hablar del evangelio a los gentiles. El Señor Jesús tiene un alto grado de otorgar capacidad a sus siervos, no permitirá que un siervo hable de otra cosa que no sea el evangelio de su nombre.
Pablo era un hombre instruido, culto y enfrentarse al mundo gentil requería cierto conocimiento sobre costumbres y cultura de los diferentes pueblos de esa época. Al rechazar el pueblo judío la verdad que traía el Señor Jesús, se demostró una vez más la misericordia y la fidelidad de Dios de sus promesas y llegó el cumplimiento de los tiempos de los judíos. Se abrió otro: el que traía a la iglesia de Cristo como su nación santa, linaje escogido, pueblo adquirido por Dios.
La iglesia es la promotora de la verdad: Jesucristo. No tenemos por qué promover al pueblo judío ya que este ha sido señalado por el Espíritu Santo como rechazador de las buenas nuevas de nuestro Padre. El clero y el pueblo en contubernio unieron su rebeldía para con Dios y fraguaron el acto más vil de la historia de la humanidad: La muerte del Señor Jesucristo.
El Señor Jesús fue glorificado al ser resucitado y sentarse a la diestra del trono del Padre, esta verdad la aborrece al pueblo judío. Han pasado casi dos mil años y el clero judío práctica una religión sin ley ceremonial. Siguen rebeldes. El capítulo quince en Romanos aclara su actual posición con Dios. El Padre se volvió a otros pueblos a fin de que le sean ofrenda agradable. Eso es lo que es un hermano en Cristo: Olor fragante, por cuanto obedecen el evangelio de Jesucristo.
En capítulos pasados, un hermano señalaba que tenemos que presentarnos con él. ¿Cómo estarán esos ante su presencia si en vida glorificaron al pueblo judío? ¿Qué acaso el Espíritu de poder no habita en nosotros como para testificar de que el Señor Jesús cumple sus promesas? El mensaje de salvación es y será de Jesucristo. Declararlo y abundar nuestros labios de él, es lo que hizo Pablo y es lo que hacen los apóstoles, los evangelistas y los maestros de su iglesia en la actualidad.
El evangelio tiene una limitante solamente: no exponerlo donde ya está cimentado. Podemos tener comunión con los hermanos de diferentes lugares pero no podemos cimentar la verdad del evangelio en algún lugar en el cual ya fue fundamentado.
Sino, como está escrito:
Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán. Amen.
7 Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios. 8 Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres, 9 y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, como está escrito:
Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, Y cantaré a tu nombre.
10 Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo.
11 Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, Y magnificadle todos los pueblos.
12 Y otra vez dice Isaías:
Estará la raíz de Isaí, Y el que se levantará a regir los gentiles; Los gentiles esperarán en él.
13 Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. 14 Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros. 15 Mas os he escrito, hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia que de Dios me es dada 16 para ser ministro de Jesucristo a los gentiles, ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo. 17 Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. 18 Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, 19 con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. 20 Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, 21 sino, como está escrito:
Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán.
La paz del Señor Jesucristo sobreabunde en ustedes amados lectores, amén.
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