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Editorial 223

  • Foto del escritor: Cuerpo Editorial
    Cuerpo Editorial
  • 19 jul 2018
  • 3 Min. de lectura

La paz del Señor Jesucristo en vuestro espíritu


Circula entre las congregaciones evangélico-cristianas un error doctrinal tocante a que ya no hay ministerios dentro de la iglesia de Cristo. Según esta doctrina, el apostolado como rol ya prescribió debido a dos premisas básicas: primero haber visto a Jesús y segundo, haber recibido el ministerio directamente de él. Respecto a Matías, no le consideran apóstol, según ellos porque fue escogido por los otros apóstoles y no por el Señor Jesucristo. Absurdas, mentirosas y temerarias apreciaciones de seudo estudiosos del evangelio que ensucian el pensamiento de los creyentes.


La iglesia del Señor Jesucristo debe moverse a través de los ministerios, si bien es cierto que la gran mayoría de las denominaciones sufre de errores de interpretación al confundir el ministerio pastoral con el de enseñanza, continuando por tradición funcionan de esa manera en la mayoría de ellas. La biblia enseña que hay cinco ministerios para acrecentar y organizar la iglesia: apóstoles, evangelistas, profetas, pastores y maestros.


Un pastor es práctico y operativo que no posee la sabiduría y conocimiento de los maestros, que a su vez están inmersos en enseñar la sana doctrina del Señor Jesucristo y las disposiciones el nuevo pacto, ellos tienen que alimentar a las ovejas y sustentarlas con la evangelización de la palabra de Jesucristo. No tiene pues, ningún sentido predicar el antiguo testamento ya que éste es el prefacio para dar a conocer a Jesucristo como Señor, Salvador y Maestro.


Los pastores tienen la función de sobrellevar a los hermanos en Jesucristo al camino a fin que no decaiga el ánimo en la grey, tienen que ver por la economía de los santos, las enfermedades y diversas situaciones que se presenten con motivo de llevar una vida espiritual en Cristo. El tiempo y esmero que prodiguen a los santos será recompensado. También pueden dirigir oraciones y reunirlos para la celebración de la cena de Jesucristo y el establecimiento de las reuniones para edificación. Ellos conocen a cada uno de los miembros del cuerpo de Jesucristo y habrán de levantar a los que sean maestros en dicha congregación.


Los pastores pueden ser dos o más en una congregación, si se encuentra uno solo deben procurar nombrar o elegir dentro de la comunidad a algún otro miembro para funcionar como uno más de los pastores. No deben llamarse pastor en singular -porque es una prerrogativa que solo pertenece al Señor Jesús- sino mencionarse en plural. La enseñanza debe ser guiada por los maestros o apóstoles que llegan a visitar. Los profetas deben estar sujetos a los hermanos que presiden. Los apóstoles son ministerios dados por el Señor Jesucristo, por la iglesia y ellos deberán llevar la palabra de Jesucristo y fundarán iglesias por los lugares donde visiten, están estrechamente relacionados con los evangelistas ya que estos llevan el mensaje de salvación a los nuevos creyentes y los apóstoles fundan las iglesias que van operar: organizándolas y nombrando a los que van a presidir, los apóstoles pueden supervisar las iglesias fundadoras.


El principio de la iglesia es como está escrito: “Si dos o más se reúnen en mi nombre yo estaré en medio de ustedes” y: “¿Qué hay pues hermanos? Cuando os reunís, ¿alguno tiene salmo, interpretación, etc.?” La palabra del Señor Jesucristo es para siempre y sus ministerios seguirán funcionando hasta que la iglesia sea arrebatada. Amén.


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