El amor nunca deja de ser; pero las profecías acabarán y cesarán las lenguas y la ciencia se acabará

Hermanos comprados por la sangre derramada en el calvario de nuestro amado Señor Jesús, paz y salud a todos los lectores y creyentes, amén.

El capítulo 13 de la primera carta a los Corintios es uno de los más famosos, predicados, conocidos, e implicados mensajes, pero poco aplicados en términos reales. El apóstol Pablo, investido del poder del Espíritu, espiritualmente nos dejó el mejor manjar espiritual -después del mensaje de nuestro Salvador- a degustar y que lamentablemente muchos no lo saben disfrutar.

Por principio de cuentas - pequeños y no tan pequeños en el Señor- el amor no es un sentimiento. No es un efecto efímero del alma. Es un hábito, un patrón de conducta, una decisión de vida. Se ejemplifican a continuación patrones de conducta que asumimos son efectos de practicar el amor:

Estas son acciones que deben ser sometidas al escrutinio implacable, pero necesario del filtro que el Espíritu que llama AMOR. ¿Por qué? Porque todos hemos tenido esa intención de hacerlas alguna vez. La humanidad puede ser conmovida por cualquiera de esas operaciones, pero ¿hay propósito de parte de Dios? ¿Es Jesucristo quien respalda dichas acciones? ¿El Espíritu Santo nos une con el tal que las ejecute en el mover de Dios?

Usted, amado lector creyente podrá preguntarse ¿y por qué tan duro el mensaje si habla del amor? Porque el amor, nuestro apreciable acompañante virtual es un filtro de seguridad para no ser presa fácil de falsos movimientos y como ya se mencionó no es un estado de ánimo.

Así que nos vamos quitando caretas y máscaras y debemos someternos cada quien en lo íntimo y personal con Dios Padre y el Señor Jesucristo a este escrutinio intenso y ver qué tan sinceras son nuestras acciones con respecto a ellos. No conforme a lo que creamos y pensemos, sino a lo que está simple y llanamente escrito en este capítulo.

No es una competencia de hechos hipócritas como la religión abominable, asentada sobre los siete montes en Europa lo quiere hacer ver; o como el suplantador o suplantadora de nuestro Señor Jesucristo le arenga en su congregación “cristiana” para que sea su fiel sirviente descerebrado, incapaz de meditar qué es lo bueno delante del Señor tocante a este tema.

¿Qué pasa si “repruebo”? Bueno, tenga consuelo. No se irá al infierno ni Dios le quitará su salvación. Tampoco Cristo le negará o el Espíritu Santo huirá de usted. Simplemente tiene mucho por hacer. Si usted amado lector se esfuerza en verdad, Dios le ayudará a salir adelante. Como se comentó, practicar el amor implica la ejecución de acciones verdaderas, no dramas ni escenas mediáticas que llaman la atención de los hombres.

A quien debemos agradar es a Cristo, no a nosotros mismos ni a otros humanos. Tan simple y sencillo. Y, por si fuera poco, para los que se justifican en dogmas, títulos, erudición y soberbia, el amado hermano Pablo les dejó dicho de parte del mismo Señor Jesús:

El amor nunca deja de ser; pero las profecías acabarán y cesarán las lenguas y la ciencia se acabará.

Pondremos el fundamento escritural a este extenso tema, mas es necesario crecer amados en Cristo, para nuestra victoria, crecimiento, honra de parte de Jesucristo cuando estemos en su tribunal. La paz y gracia del Señor Jesús les sean añadidas abundantemente, amén.

1 Corintios 13:1-8.

13 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. 4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.