De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.

Glorificamos al Padre de toda misericordia y de nuestro Señor Jesucristo, que nos concede estar bajo su gracia en los últimos tiempos, según lo dispuesto por Él. Bendito sea el Señor Jesucristo que nos permite ser parte de la familia espiritual de Dios, al habernos limpiado del pecado y salvado de la condenación. ¡Gloria y loor por siempre y para siempre!

Entramos ya a la fase final de la carta escrita a los gálatas por el apóstol y hermano en Cristo Pablo, nacido en Tarso. Esta carta, como podemos ver, está llena de amonestaciones, recomendaciones y reprensiones porque de una y otra forma esta iglesia representa a Laodicea. Estamos sorprendidos de cómo esta disertación ¡es aplicable aún en este 2019!

De entrada, en un lenguaje esperanzador, simboliza el apóstol por el Espíritu Santo la fe en Cristo Jesús con el concepto libertad, teniendo como yugo la ley (versículo 1).

Pero en los versículos 2 y 3 no es para nada condescendiente exponiendo una muy dura tesis de lo anterior, que la circuncisión (espiritual, sobre todo) para nada aprovecha en cuanto a salvación, gracia y fe se refiere. El que uno se circuncide no le hace más salvo, tener más gracia y mucho menos se interpreta un acto de fe. Muy por el contrario, es una blasfemia artera, diabólica.

El Padre no busca más señal que la marca dada por la sangre de Cristo. La circuncisión en todo caso es morir el viejo hombre y que renazca Cristo en nosotros. Así que, señales físicas o ideológicas humanas es lo opuesto, obligando a quien cree en eso a ser esclavo de cumplir toda la ley.

Porque como el cuatro versa: “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído”. Y no refiere a condenación (mientras no sean apóstatas, falsos maestros, falsos obreros) sino a que son pobres espirituales para Dios, seres que no son aptos para ningún tipo de ministerio en Cristo.

Y otra vez Pablo en el quinto versículo declara que es la fe genuina en Cristo lo que nos da esperanza de justicia, es decir que en el día postrero recibamos conforme a nuestras acciones y testimonio de fe en Jesucristo. Como confirmación sostiene que la circuncisión o incircuncisión físicas son irrelevantes para la fe, para Cristo, para Dios en cuanto a salvación y testimonio se refiere. Es la fe que obra por el amor.

Los versículos 7 al 9 muestran cómo Pablo en sencillas frases desnudó a toda la congregación de su mal proceder de haberse detenido en la carrera para volver atrás, dejar de seguir a Cristo para acomodarse en la ley que ya había quedado atrás. La famosa frase: un poco de levadura leuda toda la masa es la más simple explicación de cómo una pequeña doctrina malévola es como una hiedra venenosa que extiende sus redes entre la mente y corazón de los oidores y solo los fuertes y cimentados en Cristo no serán tocados, pero los nuevos, débiles y distraídos serían presa fácil de esta contaminación espiritual gravísima.

Y si entre los que leen hay alguien que cree, promulga, promueve y “practica” la ley entre los hermanos, revela el Espíritu a Pablo a nosotros: “yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; más el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea” y un poco más adelante: “¡ojalá se mutilasen los que os perturban!”.

Además, la leuda también hacía mella en la unidad, llevando a contiendas por tales o cuales doctrinas, presunciones entre ellos, vanidades entre otras cosas. Otra vez nos dice: “…a libertad fuisteis llamados; solamente no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”, poniendo como muestra que el amor mutuo entre hermanos satisface claramente al mandamiento: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

A manera de conclusión cierra el apóstol como sigue: “pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros”. ¿A qué se refiere esto? A que invariablemente los que no estén cimentados en Cristo tenderán a guiarse por alma y emoción teniendo como ello dentro de la congregación hermanos favoritos y otros antagónicos. Y el consejo es este: que entre ellos no se asesinen mutuamente con odio, envidia y desamor fatales.

Duro mensaje el de gálatas, pero la carne hace su parte de no dejar que muchos hermanos se afiancen en Cristo. Quiera el Señor los que lean este capítulo hasta estas líneas sean cubiertos y protegidos por el amor de Jesucristo y sean ellos testimonios de la verdad, amén.

Ponemos el fundamento: el capítulo 5: 1-15. Que el amor y fe en Cristo sea incalculable en ustedes amados lectores y hermanos, amén.

Gálatas 5:1-15

Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

2 He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo.

3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.

4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.

5 Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia;

6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.

7 Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?

8 Esta persuasión no procede de aquel que os llama.

9 Un poco de levadura leuda toda la masa.

10 Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea.

11 Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz.

12 !!Ojalá se mutilasen los que os perturban!

13 Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.

14 Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

15 Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.