Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pec
- Cuerpo Editorial
- 1 mar 2020
- 4 Min. de lectura

Amados hermanos y creyentes: sea la paz, la sabiduría y el amor del Señor Jesús concedidos en abundancia en su espíritu, amén. Agradecemos al Todopoderoso Dios, nuestro Padre Celestial semejante gracia de concedernos conectarnos por medios electrónicos con el fin de seguir edificándonos unos a otros, en cumplimiento con lo escrito en el nuevo pacto. Salud, amor y gracia les sea también concedida hermanos, amén.
Todo ser humano nacido de mujer desde Caín y Abel es en esencia pecador. Tan pronto asegura su vida, conciencia y salud desde recién nacido toda persona es envuelta en esta película invisible llamada pecado que debe ser removida. Ya se ha hablado al respecto de esto en anteriores blogs, pero era necesario retomarlo para explicar por medio del Espíritu Santo lo que nuestro hermano comisionado a ser apóstol, Pablo de Tarso, se refiere a esto.
Iniciamos pues, la lectura desde nos quedamos en el anterior número, es decir, a partir de 1ª Timoteo 1:12 hasta su culminación en el versículo 20.
Inicia agradeciendo a nuestro Señor Jesucristo de manera contrita y humilde pues reconoció que el mismísimo Cristo fue capaz de perdonar e ignorar el pasado oscuro de Saulo, donde incluso él mismo decidió cambiarse el nombre como modo de firma formal ante este hecho milagroso y poderoso, innegable y que impactó el resto de su vida: ser salvo.
Teniendo muchos argumentos en contra como para ser arrojado al Hades y luego lago de fuego y azufre, menciona textual: “Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús”, Pablo nos comprueba que, en efecto el Señor Jesús no condena a ser humano alguno, sino cada quien se condena a sí mismo si no cree en él.
Y todavía, como muestra de su poder salvador, no solo no salva a Saulo: lo envía al desierto espiritual por años donde fue preparado para ser su mensajero personal a los gentiles, siendo él judío pro-judío y así romper todo paradigma desde cualquier perspectiva, locura ilógica hasta nuestros días.
La existencia misma de Pablo es prueba fiel del poder de clemencia de Jesucristo, no solamente cuando él en persona estuvo aquí, sino ahora de modo espiritual. Hablemos claro: todos nacemos bajo condenación por causa del pecado, pero teniendo la fe y confesando de labios con el corazón, mente y alma, el SEÑOR JESUCRISTO en automático elimina todo alegato de condenación e inicia el proceso de purificación, SIN EXCEPCIÓN ALGUNA. No importa tu condición, porque el apóstol Pablo señala tres particularidades que el Señor mismo se encargó de borrar de la esencia de Saulo y él en reciprocidad renunció a su anterior para elegir ser nombrado Pablo que significa “pequeño”.
No hay pecado que no pueda ser perdonado, pero hay que creer y mantenerse asidos a la fe y al amor de Dios por medio de Jesucristo. Ya con el poder del Espíritu Santo seremos sabios para cuidar y perfeccionar la salvación.
De modo que, si en el nuevo pacto está descrito su proceder, mensaje y testimonio, no es para ponerlo como un ser sujeto a adoración: es una ejemplificación en carne y hueso de que Cristo Jesús, nuestro Señor, Salvador y Maestro tiene en efecto el poder de perdonar y salvar de la condenación.
Y así como a Timoteo le encarga difundir su testimonio a esta congregación en Éfeso, así nosotros tenemos esta imperiosa necesidad de difundir el amor, la libertad y la esperanza por encima de odios, religión y condenación propagada por muchos malos, falsos y pervertidores de la fe.
Declaramos solemnemente ser parte de los colaboradores de Dios por amor a Jesucristo, soldados escribanos que con nuestras letras inspiradas por el Espíritu Santo luchamos ferozmente contra la leuda, la judaización de las iglesias de Cristo, así como a quienes se autonombran pastores en singular: exhibimos su osadía, afrenta y blasfemia.
No podemos coexistir con tales personajes, porque hacerlo implica estar de acuerdo; del mismo modo que como Pablo, a su debido tiempo, exhibió y separó a personas blasfemas como Himeneo y Alejandro de esta iglesia establecida en esta poli griega.
Nos despedimos por esta ocasión, no sin antes decir que leyendo el nuevo pacto libro por libro, capítulo por capítulo y versículo por versículo es la forma eficaz y verdadera de encontrar la sabiduría espiritual de Cristo. La paz y gracia del Señor Jesús abunden en ustedes amados hermanos, amén.
12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, 13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. 14 Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. 15 Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. 16 Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna. 17 Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. 18 Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, 19 manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, 20 de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.
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