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Editorial 577 - Espectáculo del mundo

  • Foto del escritor: Cuerpo Editorial
    Cuerpo Editorial
  • 24 may
  • 2 Min. de lectura

Que la gracia, paz y amor del Señor Jesucristo sea en todos ustedes, amados hermanos, en su espíritu, amén.

 Durante nuestra estancia aquí, como seres humanos tenemos la obligación de trabajar, la necesidad de vivir y la ocupación de convivir; sin embargo, también nos es lícito divertirnos, experimentar emociones gustosas conforme a nuestra personalidad.

Unos prefieren algo sencillo, otros gustan de emociones fuertes y algunos más locuras y desmanes. Los espectáculos son parte de la vida del ser social, incluso del ser natural, puesto que los animales también juegan.

Pero en el ámbito de lo espiritual, lo que atañe a la palabra de Dios y al evangelio de Cristo, es gozo, es alegría y es júbilo, pero no para jugar o realizar cabriolas, viajar a lugares de ensueño para placer y satisfacer el alma en vanidades efímeras.

El gozo es comunicar, vivir y saber que somos salvos no importando nuestro pasado y trabajando en el presente en obediencia, fidelidad y amor para procurar ser hallados perfectos con el objetivo de que en el futuro seamos recompensados por nuestro arduo trabajo y esfuerzo.

Es alegría, porque somos libres de ataduras religiosas, cadenas ideológicas y martirios de tradiciones que no salvan, solo mantiene cautivas a las conciencias que todavía creen en estas cuestiones del hombre sin ningún valor espiritual. Nuestra mente es la de Cristo si permanecemos en Él.

Es júbilo porque seremos redimidos, no sufriremos la muerte segunda y ya sea que estemos dormidos o seamos arrebatados, subiremos a los cielos y en el aire hechos cuerpo y linaje de Dios para habitar el cielo nuevo y la Tierra nueva por siempre y para siempre, todo por haber confesado de todo corazón en cuerpo y alma en el nombre de nuestro Señor Jesucristo que Él es el Hijo de Dios y resucitó de entre los muertos y haber defendido esta fe hasta el final.

Por tanto, el término “espectáculo” no forma parte de nuestro quehacer. Si bien tenemos en Cristo en nuestro tiempo libre la oportunidad de realizar actividades lúdicas tales como participar en eventos gregarios de diversión multitudinaria o a acudir a eventos sociales de exposición, exhibición, dancísticos o deportivos, no podemos guardar nuestro corazón en esto. Libertad hay; sin embargo, de mayor provecho es ayudar, orar, ofrendar y estar al pendiente de los asuntos del reino.

Nuestro Padre es maravilloso y pleno y eventualmente concederá podamos planear actividades de este tipo de manera individual o grupal, solo no pongamos como prioritario esto sobre lo anterior.

Y, de hecho, espectáculo somos para el mundo. Nuestra labor de creer, dar testimonio y anunciar el evangelio les parece entretenido, divertido y buscan hacernos perder tiempo. Curioso, mórbido e interesante para algunos, repulsivo, agresivo e intolerable para otros y en ambos casos no perder la compostura, sabiendo que lo que hacen no es hacia nosotros, sino hacia el Padre y nuestro Salvador, el Señor Jesús.

Estimados hermanos, vivamos nuestra vida en Cristo en plenitud y responsabilidad, en amor y en fortaleza, que hoy somos espectáculo para el mundo incrédulo; más ellos en el JUICIO serán el horrendo espectáculo de perdición ante toda la Creación. 

Que el amor, la gracia y paz del Señor Jesucristo sea en su espíritu, queridos lectores, amén.

 


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