Editorial 578 - La palabra viva y eficaz

Que la gracia, paz y amor del Señor Jesucristo sea en todos ustedes, amados hermanos, en su espíritu, amén.

 Amados lectores y hermanos en Cristo Jesús, Señor nuestro: nos gozamos de ser parte de este ministerio de extender revelación dada por el Espíritu Santo a ustedes por este medio virtual, sin el cual sería más difícil la tarea de pregonar las buenas nuevas, la sabiduría de lo Alto y la enseñanza que vale la pena. En estos tiempos de definición por la locura que atañe a muchos países en sus diferentes problemáticas, es cuando más interés sincero debemos mostrar todos los creyentes en que la palabra viva y eficaz sea compartida para ser creída.

La palabra es viva desde que se habla de nacer en un aspecto espiritual.

Tras confesar que Jesucristo es el Hijo de Dios y que resucitó de entre los muertos al tercer día, creer esta verdad suprema y mantenerla como frase de vida genera un cambio en el pensamiento y criterio de quien cree.

Es viva porque nos habla de una transformación total, pero gradual en el modo de ser, estar, pensar, sentir y actuar. Antes, se perseguían objetivos personales y grupales; luego se persigue ahora cumplir la voluntad de Dios. Es gradual porque es un proceso que una vez que se inicia no tiene retorno y esto asombra y enloquece al mundo incrédulo (el testimonio de la nueva criatura).

Es viva porque nunca se habla de muerte, condenación y castigo -los teólogos, religiosos y los perversos lo venden así- sino de reconciliación, esfuerzo y sacrificio que no son en vano. Expresa perdón, reinicio y la búsqueda de la verdad, la santidad, la renunciación y la perfección en los términos de Dios.

Ahora bien, es eficaz porque alma que toma esta palabra la cree y la atesora no se pierde. Ni un alma que el Señor Jesús tome se perderá. Ningún proceso humano tiene eficiencia del 100% y en Jesucristo se alcanza este récord.

Es eficaz porque la palabra de CRISTO además de dar vida, da sabiduría y prolonga la existencia hasta la eternidad. Nada de lo que se vive aquí tiene desperdicio. En la vida espiritual de Dios contamos con muchas promesas y bendiciones y eso hace más bonancible y poderosa la decisión de permanecer en él.

Finalmente, es eficaz porque a pesar de tribulaciones, pruebas y asechanzas del enemigo tenemos siempre un abogado que defiende nuestra causa. Nunca seremos avergonzados estando puestos y firmes con él y según nuestro esfuerzo, valor y entrega será el galardón a recibir y nunca jamás seremos borrados de la vida eterna, alejados del Padre ni del Hijo y tampoco ser sujetos a tentación, pecado, mal, enfermedad, plaga o muerte.

Que el amor, la gracia y paz del Señor Jesucristo sea en su espíritu, queridos lectores, amén.