Editorial 606 - La desdicha de tener la mente esclavizada

Que la paz y la gracia de Nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes amados hermanos, en su espíritu, amén.

Nuestro Padre como Dios Creador nos dotó per sé de muchos de sus atributos al crearnos a su imagen y conforme a su semejanza -Génesis 1:26- simplemente por amor. Al ser una extensión de su esencia materialmente hablando, el otorgarnos el cerebro, el alma, el YO SOY y el intelecto, razón y criterio, nos da el poder intrínseco de gobernar por sobre todas las cosas creadas en esta dimensión fisicoquímica biológica.

Pero tras caer víctimas de la maldad de la astuta serpiente, el poder de la mente, la razón, la inteligencia y el criterio se vieron mermados y cortados de tajo con la Deidad y en cada generación ese lazo se rompe de a poco, alineándose más de su Dios y en consecuencia, siendo capaces de crear abominaciones, blasfemias y anatemas de todo tipo, sobre todo el religioso.

En este contexto, el enemigo usa esta coyuntura para acelerar más el divorcio entre el Hombre y Dios, pues las religiones evolucionan con el pensamiento humano y usan sus dotes de genialidad no para dar gloria al Dios Vivo, sino para hallar triquiñuelas que alejen al incauto de seguir los caminos de rectitud dispuestos por Dios para toda alma consciente que respire para que le alabe en Espíritu y en verdad por medio de nuestro Señor Jesucristo.

En virtud de lo anterior, celebraciones como las que se dan en el último mes del año a nivel mundial (toda la maquinaria de propaganda de una tal navidad) y así en México (la celebración a la inexistente reina del cielo) y seguramente en otros países con sus propias verbenas religiosas.

Si la mente de millones y millones no estuviera esclavizada -Nahum 3:4: a causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos- pudiesen ver, convencerse del engaño y salir huyendo por sus vidas hacia los brazos del Altísimo Padre Amoroso. Pero con sus encantos, falsedades y embustes copta todo intento de raciocinio para evitar esa fuga de almas que mantienen con falsos diezmos y aportes al error milenario.

Es así que en fechas como estas puede verse con profunda tristeza cómo se inmolan en absurdos votos, necias promesas atrapan su alma y con ritos demoníacos embriagan su conciencia para no pensar en Aquél quien murió por sus pecados. Una desdicha hacer y deshacer vanamente y solamente desgastarse para condenación si no corrigen el rumbo a tiempo.

Por eso la mente sana, libre por nuestro Señor Jesucristo nos concede tener activados los sentidos espirituales de percepción para que, de acuerdo con el nuevo pacto en Romanos 9:21: porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de la corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios, ser libres significa no ser apresados, mutilados, limitados, enclaustrados, dominados y sobajados por falsos representantes de Dios, por embaucadores de vestimentas curiosas y por los hijos del diablo disfrazados como mensajeros de Cristo con mentiras, amenazas y fraudes.

Así pues, hermanos, adoremos dando gracias al Padre en el nombre del Señor Jesús por darnos esa dicha de saber lo que nos ha dado de gracia y sigamos rogando para que los más posibles sean libres de su mente para que crean de corazón y confiesen de labios para ser salvos.

Que el amor y la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea en su espíritu amados hermanos, amén.