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Vendrá a la hora que no pensáis

  • Foto del escritor: Cuerpo Editorial
    Cuerpo Editorial
  • 8 mar
  • 5 Min. de lectura

Que el amor, la gracia, la paz y el gozo de nuestro Señor Jesucristo sean plenos y rebosantes en ustedes, amados hermanos, amén.

Continuando con la revelación de los últimos tiempos, el Señor Jesucristo no reveló cuándo vendrá, sino sobre las causas por las cuáles vendrá y señales que advertirán el instante en que sucederá. ¿Por qué? Pues porque nadie en su sano juicio revela su plan maestro antes de tiempo y no sería justo que, si por ejemplo, Jesucristo hubiera dicho que vendrá el día tal, mes tal, año tal y hora tal con minuto tal y segundo tal, el mundo en su totalidad fuese salvo al creer justo antes de ese tiempo. ¿Entonces para que la fe si con confesar de labios y corazón poco antes de ese momento alcanzaría a ser salvos y el resto de la vida se dejó para ser pecadores?

No, sino que la salvación se tiene y se lucha por mantenerla perfecta, limpia. O no se tiene y se condena quien la rechaza al final de su tiempo.

El Señor Jesús, sin embargo, sigue dando datos específicos y hechos que debemos realizar para no quedarnos aquí. Por fe sabemos que falta todavía, pero ya es menos, mucho menos. Los días están siendo cortados, leamos pues el siguiente contexto: Mateo 24:36-44 que dice:

36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre. 37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. 40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. 42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. 43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.

Nuestro Señor Jesucristo declaró que nadie sino solo el Padre, saben del día y la hora. Pero ahora que Jesucristo es espíritu de nuevo y está sentado ya lo sabe. Y el Espíritu Santo ya lo sabe también, pero no revelará ese dato crucial, sino que a su tiempo mostrará qué hacer, a dónde ir y qué decir para ser tomados en cuenta de ser arrebatados y no dejados.

Parte de esa sabiduría es la interpretación de los tiempos. Menciona el Señor Jesús que cuando él venga nadie lo esperará, sino solo los escogidos, dado que no es del que quiere ni del que corre sino de quien Dios tiene misericordia. Así que no hay que alarmarse: solo a quienes de antemano fueron elegidos para ser levantados en los aires, el remanente predilecto, subirá, los demás se quedarán a purgar su infidelidad.

¿Por qué? pues porque como en los días de Noé, cada quien tendrá su propio afán, su propio plan, su propia religión, su propio dios. La señal de aquellos días era ver a Noé trabajando diligentemente, pero como él tomó su tiempo para aserrar, pegar, clavar, amarrar y surtir de alimento, todos asumieron que jamás terminaría y moriría en el intento. La soberbia y el descuido hicieron su papel. Vieron los cielos cerrarse, sintieron el descenso de temperatura y para entonces ya era demasiado tarde. La señal es esta: cuando deje de haber testimonios, avivamientos, predicaciones, apóstoles por el mundo, cuando las iglesias y congregaciones ya no den su testimonio en Jesucristo y en lugar de eso, se dediquen a ser instituciones de beneficencia, centros de lavado de dinero, centros de reunión social, a ser financiadoras de personajes políticos, se hagan feudos de familias enquistadas como “siervos”, “profetas”, “ministerios” y demás locuras, cuando se eche a Jesucristo de su propia iglesia, ahí vendrá el Hijo del Hombre, al rescate de su novia.

Por eso dos estarán en el campo, uno que fue tomado y otro que fue dejado. ¡pero cómo! Sí, claro. El que fue tomado es porque trabajaba sirviendo al Señor, confiado en su ministerio y con obediencia, humildad y sacrificio obedeciendo haciendo la obra que le tocó; entretanto el otro trabajó para sí mismo, en su propia meta, ambición o afán. Fingió hacerlo para el Señor, más bien era pretensión de servicio o simulación de obediencia. Así que su trabajo fue en vano y ahora habrá de cuidar su alma y su vida porque el tiempo de la iglesia en ese preciso instante dejará de ser y el tiempo de los santos perseguidos comenzará en el acto.

Sin iglesia no hay gracia y sin el cobijo de esta las naciones quedarán desamparadas y expuestas ahora sí a la ira de Dios. Toda misericordia es cortada, el tiempo corre su marcha y lo que temían ser hará realidad, por cuanto fue necia la Humanidad, se burló hasta el cansancio del evangelio de nuestro Señor Jesucristo y ahora él pondrá a los enemigos de Dios por estrado de sus pies como el Padre así puso a los enemigos de Jesucristo a sus pies.

Dos mujeres estarán moliendo, una tomada y otra dejada. Mismo caso, una ocupada por atender los deberes, el testimonio del Señor en cuanto a alimentar a la familia de toda vianda espiritual y la otra afanada, preocupada en sus deberes, no viendo el servicio al Señor como algo útil, distraída en su meta productiva. Una Marta que nunca entendió que la fe era lo mejor. Entonces ¿Para qué levantar a quienes no fueron fieles en lo poco y considerarlos como los que sí fueron fieles?

Ahora bien, no sabremos cuándo, en cuanto a nosotros respecta no tenemos interés alguno en la fecha y hora porque confiamos en él al 100% y eso nos goza al extremo. Pero sí sabemos cómo, por tanto, el mismo Señor nos da la pauta. Ser como el padre de familia previsor que cuida su propiedad para que el ladrón no venga. Y ¿por qué dice ladrón? Porque así le consideraban, un ladrón. Les quitó la gracia, el tiempo, el poder y la relación con Dios. Les quitó la máscara, les bajó el telón y quedaron exhibidos, por eso a Jesús lo despreciaban. Un hijo de carpintero venir a hacer señales en nombre del Dios Altísimo haciéndose Su Hijo.

Y aquí se lo dice a todos los que estando dentro de la iglesia no creen en él, no a los escogidos. “Vendrá a la hora que no pensáis” para decirles que no lo engañan y también serán exhibidos los que no son sabios en su salvación. Pero quienes tenemos el consuelo y el amor de nuestro Señor Jsucristo no tenemos miedo, sino más bien estamos llenos de esperanza.

Que el amor, la gracia, sabiduría y fe del Señor Jesucristo sea abundante en su espíritu, amados hermanos, amén.

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